Destierra de tu
pensamiento la idea de que todo te lo van a dar hecho, de que no necesitas
esforzarte para aprender. Estamos muy acostumbrados a conseguir algunas cosas
con mucha facilidad, sobre todo gracias a las nuevas tecnologías, y pensamos
que el estudio es igual. La verdad es que no tiene nada que ver. Sólo con el esfuerzo se avanza, sólo con el
esfuerzo se aprende y se obtiene el éxito. Recuerda que tus decisiones
tienen consecuencias positivas y negativas. A veces el esfuerzo y sus
consecuencias no son visibles y por lo tanto tampoco serán valorados por los
demás.
El esfuerzo es una
capacidad que hay que aprender, no se nace con ella. Es una energía, una
capacidad interior que, si se utiliza bien, nos ayudará a superar los obstáculos.
Pensar en el esfuerzo nos puede desmotivar precisamente por el trabajo que
implica. Pero tienes que ponerte a estudiar sin pensar demasiado en ello, para
no desanimarte antes de haber comenzado.
Necesitamos conocer
lo más exactamente posible cuál es el nivel que tenemos que lograr (un temario
suficiente). Sólo así sabremos si estamos desarrollando el esfuerzo necesario o
si hay que apretar más. Y sólo así comprobaremos si nuestros temas están a la
altura de los que utilizan quienes van aprobando, o si son cortos, están mal
estructurados o les falta contenido.
Para lograr un nivel
adecuado en el estudio necesitamos entender tres ideas claves:
·
La
inteligencia puede desarrollarse.
·
El
cerebro es maleable y flexible.
·
Con
un esfuerzo suficiente y un método adecuado podemos hacer que el cerebro
funcione con más fuerza.
Francisco J. Arroyo
Psicólogo escolar
www.comoestudiar.com