El verdadero problema del estudiante no es
tener o no tener técnicas de estudio, sino el llevarlas a cabo. He conocido
muchos estudiantes que incluso sin técnicas de estudio consiguen buenos
resultados y eso es porque quieren estudiar y están motivados. Las técnicas de
estudio no sirven por sí solas para alcanzar el éxito, si no hay voluntad de
hacerlo.
Falta
conseguir que el alumno ponga en práctica las conductas de estudio por sí
mismo, sin tener que depender de la ayuda de los demás. Para tener éxito en los
estudios no sólo hay que tener la capacidad y las técnicas para estudiar,
también hay que tener la motivación para llevarlas a cabo. Las personas que
tienen una mentalidad de crecimiento, que tienen una meta y un objetivo, que
creen que la inteligencia puede desarrollarse, que creen en su esfuerzo, que
tienen pensamientos positivos, que controlan sus conductas de estudio y saben
en todo momento lo que tienen que hacer, son las que tienen éxito en los
estudios.
Es
interesante observar la diferencia entre los estudiantes con una mentalidad
perdedora, de los que tienen una mentalidad de crecimiento. Los primeros se
darán por vencidos al primer suspenso; los segundos considerarán el suspenso
como un reto, como un desafío. Si tu deseo es cambiar tu mentalidad hacia el
estudio o tu propia visión como estudiante, practica estas herramientas del
éxito.
La formulación de objetivos
¿Tienes un objetivo? ¿Sabes lo que quieres?
Las
personas de éxito suelen contestar la pregunta de cómo han conseguido algo,
diciendo: «Tenía en mente un objetivo concreto». Lo primero que debes hacer
para alcanzar el éxito en los estudios es decidir las metas a corto y a largo
plazo. Los objetivos tienen que cumplir algunas condiciones para que el camino
a su realización sea más claro:
·
Debe ser positivo. Tu objetivo debe estar bien
definido y debe mejorarte. Ya sea en el caso del estudio y aprendizaje como en
cualquier otro.
·
Debe ser concreto. Necesitas además de señalar
cuál es tu objetivo, definir los actos concretos que te llevarán a conseguirlo
(estudiar tres horas al día, repasar, etc.).
·
Debe ser un objetivo que puedas conseguir por ti mismo.
Aunque necesites de colaboración para algunas cosas, (explicarle a alguien lo
que has estudiado, por ejemplo) los pasos para cumplir tu objetivo deben
depender de tu esfuerzo y posibilidades, no de las de alguien más.
·
Debe ser realista. Un objetivo debe ser realista en el sentido de que puedas
llevarlo a cabo por tus propios medios, que tengas el tiempo y los recursos
necesarios para lograrlo. Lo realista del objetivo dependerá de tus recursos,
de su viabilidad objetiva y no sólo imaginaria.
Un objetivo a corto plazo podría ser el de
estudiar al menos dos horas diarias y además sentirte bien con ello. A largo plazo podría ser el de aprobar
esas tres asignaturas que has suspendido. Como ejemplo, a continuación tienes
un formato de Formulación de Objetivo
que parece simple, pero tiene un gran valor si se lleva a cabo.
Mi
objetivo para este año escolar es «no dejarme ninguna asignatura para el año
que viene».
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Mi
objetivo a largo plazo es «aprobar el bachillerato e ir a la universidad».
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Cómo
lo voy a conseguir:
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