viernes, 19 de junio de 2015

El fracaso escolar podría reducirse en un 50% si se enseñarán técnicas de estudio




La necesidad de mejorar el rendimiento escolar de los alumnos de Educación Secundaria exige, de todos quienes nos ocupamos del tema, una profunda reflexión sobre los factores intervinientes en el mismo.

No obstante, antes de iniciar esta reflexión, estimamos conveniente establecer un criterio para evaluar dicho rendimiento. Para ello admitiremos el más comúnmente compartido por Padres y Profesores: las calificaciones trimestrales o anuales.

Así pues, aunque a título personal no creemos que las calificaciones escolares sean el criterio óptimo para evaluar el rendimiento de los escolares, debemos aceptar el hecho de que todas las actividades de aprendizaje: realizar subrayados, esquemas, resúmenes, memorizar, etc…se evalúan mediante pruebas escritas cuya calificación por el profesorado habitual se convierte en criterio de valoración del rendimiento académico del alumnado.

El problema para los padres y orientadores consiste, pues, en identificar los diversos factores que pueden facilitar o perjudicar el logro académico. Evidentemente, el elemento fundamental para conseguir un buen rendimiento en una tarea es precisamente dedicarse a dicha tarea. Esto es: para conseguir un buen rendimiento en los estudios hay que…ESTUDIAR Y SABERLO HACER.

Por lo tanto, la conducta de estudio, mantenida de forma constante y en condiciones adecuadas, es el elemento primordial para conseguir un nivel de logro académico adecuado.

Destacada la ausencia de déficit intelectual o retraso en habilidades curriculares previas, el fracaso académico de un escolar puede explicarse por un método inadecuado de estudio, unas habilidades de trabajo intelectual insuficiente, unos malos hábitos, una falta de apoyo social a su esfuerzo o por unas actitudes negativas hacia el estudio.

En otras palabras: el escolar inteligente que no presenta retrasos curriculares y que suspende se debe a que NO SABE ESTUDIAR, NO ESTUDIA LO SUFICIENTE O NO ESTA MOTIVADO PARA HACERLO.

Francisco Javier Arroyo Ortega
Psicólogo Escolar