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domingo, 25 de marzo de 2018

DECÁLOGO DEL BUEN ESTUDIANTE

  1.  El éxito en los estudios dependerá en gran medida de los hábitos que establecerás en el primer mes de clase. Establece una rutina de trabajo.
  2. Exígete más. Todos somos capaces de mejorar nuestra capacidad de estudiar.
  3. Presta atención en clase y conseguirás aprender el 20 por ciento de todo el material de estudio. Ir a clase es estudiar. Acostúmbrate a concentrarte sobre una sola tarea, en lo que estás haciendo en ese momento.
  4.  La importancia del hoy. Trabaja día a día y evita postergar las tareas.
  5.  La organización es una de las herramientas más poderosas del éxito. Utiliza tu agenda escolar o personal. Planifica tus horas de estudio, las fechas de los exámenes, las tareas y trabajos, etc., etc.
  6. Evita los pensamientos negativos como «esto no me sale», «no lo voy a conseguir», «nunca aprobaré esta asignatura». Visualiza tu éxito. Ten en cuenta tus éxitos parciales y anímate.
  7. Toma la decisión correcta. Quien quiere estudiar de forma correcta debe de elegir entre el estudio y la diversión, entre el entretenimiento y la concentración, entre lo importante de lo irrelevante, y concentrarse en la información esencial. Aprende a decir NO a otras actividades que te distraigan del estudio, a tus compañeros de clase o amigos, al móvil, a la música y tantas otras distracciones
  8. Aprender de forma variada, escribir en una pizarra, realizar fichas de repasos, autoexplicar, hacerse preguntas, utilizar Internet, grabar los temas, etc.
  9. Controlar el estrés y el nerviosismo, aprendiendo a controlar los pensamientos negativos, con el objetivo de centrarte en una sola tarea a la vez.
  10. Descansa, no abuses del móvil, de la tablet, de las bebidas energéticas, de la noche. Dormir hace que tu memoria funcione correctamente


FFrancisco Javier Arroyo Ortega 
www.comoestudiar.com 

sábado, 24 de febrero de 2018

¿Cómo organizar una sesión de estudio con tu hij@?



Lo primero que deben tener claro los padres es que la sesión de estudio personal es «sagrada». A través de Contratos deben fijar las obligaciones y responsabilidades de los estudiantes. El alumno tiene que ser consciente de que el estudio implica la asistencia a clase por la mañana, pero también su sesión de estudio personal por la tarde.

·      El horario de dicha sesión tiene que ser realista y no debe competir con otras actividades o imprevistos. Hacerlo coincidir con las horas donde el alumno preste mayor atención. Siempre se tiene que respetar el horario (no recomendamos para un alumno de la ESO sesiones de más de dos horas). Una vez cumpla el Contrato se deja que use el tiempo libre para lo que quiera.

·      La sesión de estudio tiene que dividirse en tres etapas claramente diferenciadas. La primera de deberes (40 minutos); la segunda de memorización o repaso (40 o 20 + 20 minutos); y la última, la de preparar temas, lecturas, trabajos (30 minutos). Con dos descansos de cinco minutos.

·      Empezar las sesiones de estudio leyendo una ficha con instrucciones: 1: Prepararé la mesa de estudio para que esté despejada y tenga todo el material necesario para estudiar. 2: Revisaré los deberes, ejercicios y trabajos que debo presentar al día siguiente. 3: Decidiré qué deberes voy a hacer, qué asignatura voy a estudiar y qué tengo que preparar para el día siguiente. 4: Terminaré haciendo un repaso general y preparando la mochila para mañana.

·      El lugar de estudio es muy importante en estos alumnos (secundaria). El alumno no puede tener ni libros, ni ordenador, ni juegos, ni estuches, ni otros objetos que le distraigan. La mejor opción es una habitación aislada, el comedor o la cocina.

·      Diferenciar espacio de estudio y de ocio. Enseñar a colocar los objetos de estudio en su sitio adecuado. Asegurarnos de que tiene el material justo y necesario.

·    Dividir las tareas que ocupan mucho tiempo en subtareas de menor tiempo. Hacer que siempre termine las subtareas y que no se distraiga. Elogiar la terminación de una subtarea.

·      Utilizar refuerzos visuales a través del ordenador, pero limitados, puede ser una recompensa.

·    El alumno y los padres tendrán que planificar repasos sistemáticos, sobre todo si no hay evaluación continua en el colegio.


Francisco Javier Arroyo Ortega
Prohibida la reproducción parcial o total

martes, 28 de febrero de 2017

5 consejos asombrosos para mejorar en el estudio



¡No te guardes los problemas! Como te encuentres influye en tu rendimiento académico. Busca una persona de confianza con quien puedas desahogarte y recibir un buen consejo. Siempre hay alguien, un padre, una madre, un hermano, un profesor, etc., que estará dispuesto a escucharte sin juzgarte y ayudarte a superar lo que te pasa.
Dormir lo suficiente y bien. Hasta hace poco tiempo, cuando un alumno me decía que estaba cansado, creía que era una simple escusa para no ponerse a estudiar. Actualmente, creo que en muchos casos los estudiantes realmente se encuentran cansados por no dormir el tiempo suficiente. El «nativo digital» duerme poco y mal. La falta de sueño se convierte en un factor que impide el aprendizaje adecuado. Muchos de ellos tienen que recurrir a las bebidas energéticas para mantenerse despiertos y rendir adecuadamente. Dichas bebidas, o el café, pueden ser una ayuda ocasional pero la realidad es que una rutina de sueño es la mejor solución.
Es absolutamente esencial descansar de manera adecuada para poder rendir bien. Para ello tienes que respetar tus horarios de descanso, planificados con anterioridad. El estudiante tiene que acostarse todos los días a la misma hora y a ser posible entre las 10 y las 11 (alumnos de secundaria) y entre las 11 y las 12 de la noche los universitarios. Y levantarse entre las 7 y las 8 de la mañana. Bajo ningún concepto el alumno universitario dormirá más de ocho horas. Para aquellos alumnos que se sientan cansados, es aconsejable una pequeña siesta, no más de treinta minutos. Si duermes bien, tus horas de estudio serán más productivas porque la información se consolidará de forma adecuada en tu memoria y recordarás mejor y con más facilidad.
Regularidad en las comidas y alimentación adecuada. El alumno que va a pasar muchas horas sentado, corre el riesgo de que el exceso de sedentarismo y la falta de ejercicio genere algún aumento de peso no deseado. No soy partidario de hacer dietas en la preparación de exámenes, pero sí de cuidar y vigilar la alimentación. Hay que garantizar que el cerebro reciba los nutrientes necesarios para que funcione adecuadamente. El azúcar es necesario para la memoria, pero hay que evitar sobre todo las grasas y la bollería industrial. Tampoco es bueno abusar del café o bebidas energéticas; más de tres tazas diarias no son recomendables. Para el estudiante es aconsejable la ingesta de minerales como el fósforo y el magnesio, y las vitaminas A y D (frutos secos, leche, yogures, cereales integrales, chocolate, etc).
No a la música durante el estudio. Como hemos dicho anteriormente, la mayoría de los expertos recomiendan estudiar sin música, por la sencilla razón de que distrae y nos perjudica al tratar de poner atención en el estudio. Siendo esto una realidad, ¿por qué encontramos cada día más alumnos estudiando con música y convencidos de que les beneficia?
La música es para el estudiante una fuente de motivación. La música activa las áreas del placer, del estado de ánimo y del control del estrés. Por ese motivo a los estudiantes que estudian con música les parece menos aburrido o monótono el estudio. Otro motivo es el simple condicionamiento operante: han tenido éxito en algunos exámenes estudiando con música y eso les condiciona para creer que es beneficioso para ellos. Lo que ignoran es que podrían haber tenido mejores resultados sin la música.
No obstante, si se estudia con música, no vale cualquier tipo; al menos hay que saber elegir. Hay que escuchar una música tranquila, relajante y armoniosa, exclusivamente música clásica o instrumental. No nos engañemos: la música con letra puede hacernos recordar emociones y situaciones vividas (distracción) o tatarear la letra con el cantante. Al utilizar música instrumental, lo ideal es crearnos una lista de reproducción con una duración de dos horas, para evitar tener que seleccionar constantemente y así distraernos.
Revisa los pensamientos negativos. Estos pensamientos se refieren a los que surjan en relación con tu estudio. ¿Cuáles son tus excusas para no estudiar?

·      No estudio porque el profesor me tiene manía
·      No estudio porque no sirve para nada
·      Nunca conseguiré entender esta asignatura
·      Tengo mala suerte
·      Soy muy mal estudiante
·      Siempre he suspendido esta asignatura
·      Soy un negado para los idiomas
·      Nunca se me dieron bien las matemáticas
·      Es imposible aprobar el curso con todas las asignaturas que tengo por recuperar

¿Qué podemos hacer con esos pensamientos? Revisarlos y cambiarlos por otros más positivos. Veamos un ejemplo:

Escogemos un pensamiento negativo: «Estoy perdiendo los mejores años de mi vida estudiando».
Reescribamos el pensamiento y analicémoslo: lo que en realidad nos asusta no es «perder» cinco o siete años de nuestra juventud, sino el perderlos para nada. Nos asusta perder la juventud en pos de un premio incierto.
Nuestro monstruo es el miedo a la incertidumbre. Pero en realidad llega un momento en la vida en el que hay que tomar decisiones valientes y enfrentarse a la realidad. Es importante estudiar una carrera universitaria. Como dijo en una ocasión el presidente de Estados Unidos, Barak Obama: «My education, my future».

En realidad, todos los caminos de la vida son inciertos. No es que estés eligiendo la única opción con incertidumbre en un mundo de opciones ciertas. Al contrario, estás escogiendo incertidumbre presente, pero no más que cualquier otra, para conseguir –por ejemplo– un puesto fijo o trabajar en aquello que realmente te gusta. Por último, conviene recordar un hecho indiscutible: que la tasa de paro entre titulados universitarios ha sido siempre la mitad que en la población no universitaria.

Francisco Javier Arroyo Ortega
Psicólogo escolar
Prohibida la reproducción total o parcial sin permiso.
www.comoestudiar.com 

viernes, 19 de junio de 2015

El fracaso escolar podría reducirse en un 50% si se enseñarán técnicas de estudio




La necesidad de mejorar el rendimiento escolar de los alumnos de Educación Secundaria exige, de todos quienes nos ocupamos del tema, una profunda reflexión sobre los factores intervinientes en el mismo.

No obstante, antes de iniciar esta reflexión, estimamos conveniente establecer un criterio para evaluar dicho rendimiento. Para ello admitiremos el más comúnmente compartido por Padres y Profesores: las calificaciones trimestrales o anuales.

Así pues, aunque a título personal no creemos que las calificaciones escolares sean el criterio óptimo para evaluar el rendimiento de los escolares, debemos aceptar el hecho de que todas las actividades de aprendizaje: realizar subrayados, esquemas, resúmenes, memorizar, etc…se evalúan mediante pruebas escritas cuya calificación por el profesorado habitual se convierte en criterio de valoración del rendimiento académico del alumnado.

El problema para los padres y orientadores consiste, pues, en identificar los diversos factores que pueden facilitar o perjudicar el logro académico. Evidentemente, el elemento fundamental para conseguir un buen rendimiento en una tarea es precisamente dedicarse a dicha tarea. Esto es: para conseguir un buen rendimiento en los estudios hay que…ESTUDIAR Y SABERLO HACER.

Por lo tanto, la conducta de estudio, mantenida de forma constante y en condiciones adecuadas, es el elemento primordial para conseguir un nivel de logro académico adecuado.

Destacada la ausencia de déficit intelectual o retraso en habilidades curriculares previas, el fracaso académico de un escolar puede explicarse por un método inadecuado de estudio, unas habilidades de trabajo intelectual insuficiente, unos malos hábitos, una falta de apoyo social a su esfuerzo o por unas actitudes negativas hacia el estudio.

En otras palabras: el escolar inteligente que no presenta retrasos curriculares y que suspende se debe a que NO SABE ESTUDIAR, NO ESTUDIA LO SUFICIENTE O NO ESTA MOTIVADO PARA HACERLO.

Francisco Javier Arroyo Ortega
Psicólogo Escolar


jueves, 29 de enero de 2015

En qué afecta a nuestros hijos el fracaso escolar




Algunas investigaciones han demostrado que entre un 30 y un 50% de los fracasos escolares se deben a causas emocionales.
Dentro de este apartado entrarían trastornos como la depresión (más frecuente en la infancia de lo que los mayores creemos), la baja autoestima, trastornos de ansiedad, y luego, complicaciones más severas, como psicosis o neurosis.
Y por supuesto no podemos eludir el papel, yo diría que imprescindible, que representa la familia en estos trastornos. La influencia de ésta en la estabilidad emocional del niño es fundamental.
Por ello, estas circunstancias pueden alterar el equilibrio afectivo y perjudicar su rendimiento escolar: Situaciones especiales que alteran el núcleo familiar como la muerte o enfermedad de uno de los progenitores o de un ser querido por el niño, el abandono, separación del matrimonio, nuevo matrimonio de uno de los padres, nacimiento de un nuevo hermano.
Estilos educativos de los padres: Como la severidad excesiva o disciplina extrema, o bien un exceso de perfección que hacen que los padres creen unas expectativas que los niños no pueden alcanzar (tienen que ser los mejores) lo que crea una fuerte inseguridad en el niño que nunca podrá llegar a las altas metas fijadas y, como consecuencia, se sentirá frustrado si no lo consigue.
Por el contrario, el exceso de protección, el niño excesivamente mimado y protegido, es inseguro porque no sabe enfrentarse solo a las frustraciones si mamá o papá no están allí para resolver el problema.
Una persona que tuvo fracaso escolar enfrentará:
Trastornos debidos al desajuste emocional en etapas cruciales como la adolescencia.
Tendrá la sensación de que no puede enfrentar la vida y probablemente padezca el síndrome del farsante.
Tendrá menor desempeño laboral.
Problemas para relacionarse con sus iguales.
Aceptará situaciones que le devalúan con tal de no perder el trabajo.
Tendrá una autoimagen por debajo de la realidad.
No podrá ser objetivo al establecer las metas de lo que quiere en la vida.
Si tu hijo tiene problemas escolares, no lo descalifiques ni le hagas sentir avergonzado de sí mismo. Tómate algún tiempo al día para explicarle lo que no entiende. Esto, además de mejorar su rendimiento escolar, le hará sentir amado.
No lo compares con hermanos o ejemplos de personas que no puede alcanzar, lejos de motivarlo generas en él una sensación de ser inadecuado.
Habla con tu hijo, pregúntale qué le sucede, cuáles son sus temores, es probable que juntos lleguen a una solución.
Un Abrazo al Corazón Adriana Paramo

martes, 9 de diciembre de 2014

6 errores comunes que hacen perder el tiempo al estudiante.




¿POR QUÉ NO SE HACEN LAS COSAS?
    

            ¿Te sientes frustrado al final del día, por no haber hecho nada? ¿Por qué?

1.    No hay metas y ni prioridades claras. Sin un sentido específico de los objetivos, es imposible administrar y organizar con eficacia tus prioridades. No se puede improvisar, al sentarte para estudiar tienes que saber en todo momento lo que tienes que hacer. Recomendamos los siguientes periodos: periodo inicial, hacer los deberes, periodo intermedio, estudiar y memorizar, y periodo final, preparar los temas, hacer lecturas y trabajos.

2.    No hay planes diarios. Empezar el día olvidando consultar nuestra agenda y sin ningún plan de acción, es una formula ideal para pasarlo haciendo cosas equivocadas. Apunta siempre lo que tienes que hacer, no confíes en la memoria.

3.    Perfeccionismo. ¿Eres incapaz de completar y dejar una tarea hasta que no la has hecho perfectamente? Primero haz lo imprescindible de todo lo que tengas que hacer y después si te sobra tiempo, puedes mejorarlo.

4.  Interrupciones y distracciones. El día puede ir yendo de acuerdo a lo programado…..hasta que aparece un grupo de amigos, animándote a salir. Evita todas las distracciones posibles, sé consciente de cada una de ellas. Cada interrupción cuesta 25 minutos de productividad.

5.    Dejarlo todo para mañana. El mejor momento de empezar a trabajar en tu propósito de estar mejor organizado es hoy mismo. Las postergaciones es uno de los mayores peligros del estudiante, no dejes que se te acumule el trabajo.

6.   Falta de motivación.    El interés no es algo que tenemos o no, también se puede crear y desarrollar. Elimina, si todavía tienes, ideas-eslogan negativos hacia el estudio (“que rollo” “esto no sirve para nada”). Relaciona lo que estudias con la vida, con tu futura actividad profesional. Ensancha el concepto de “utilidad”. Hay estudio o materias que no nos parecen útiles ahora, pero resultan muy útiles a la larga: aprender a pensar críticamente, a expresarse bien por escrito, etc.

 Francisco J. Arroyo
Psicólogo escolar



viernes, 14 de marzo de 2014

EL ÉXITO EN LOS ESTUDIOS: LAS TÉCNICAS, EL ESFUERZO Y LA PREPARACIÓN MENTAL




Las técnicas, el esfuerzo y una buena preparación mental son la clave del éxito en una oposición y pueden compensar otras muchas desventajas, pero debe acertar en una cosa importante: buscar una oposición donde la competencia no sea muy alta. Hay que ser realista, no podemos competir con mentes brillantes.

Si has escogido bien la oposición ……!adelante!

No es posible ganar un juego que entras a jugar con un pensamiento perdedor y lo que diferencia a un perdedor de un ganador, es que el ganador asume que en última instancia depende de él. Tienes toda la capacidad necesaria para aprobar una oposición, empieza a creer en ti mismo. Busca la oportunidad de seguir adelante. Ya te podemos felicitar por haber dado un paso muy importante, te has apuntado a un curso de técnicas de estudio. No te has quedado esperando, sino que has buscado una oportunidad. Mientras tu creas que es posible, la posibilidad existe y si hay muchas oportunidades.

“Si quieres lograr, lo que aún no has alcanzado, necesitas hacer, lo que aún no has intentado”


Cómo mejorar la motivación


1.    Mejora tus técnicas de estudio. La mala organización y el utilizar técnicas de estudio inadecuadas desmotiva.

2.    El éxito motiva. No siempre obtenemos éxitos importantes, pero sí pequeños. Reconoce los éxitos parciales. ¿Piensa en las situaciones que has tenido éxito? Quizás en alguna ocasión has aprobado un examen muy difícil, pues esa es la prueba de que tienes toda la capacidad del mundo para poder aprobar.


3.    Lo ideal y lo real. Una de las explicaciones del decaimiento está en acentuar la oposición entre lo real y lo ideal. Uno se propone metas tan ideales, o piensa que puede aprobar cualquier oposición.

¿Podría aprobar cualquier oposición? Evidentemente NO.

4.    Corrige las distorsiones de tu auto-concepto como estudiante. Nos creemos peores de lo que en realidad somos. Nos evaluamos negativamente. Intenta decirte cosas positivas sobre ti mismo (consultar anexo, auto-verbalizaciones positivas). PIENSA POSITIVAMENTE.

5.    Descubre y crea interés. El interés no es algo que tenemos o no, también se puede crear y desarrollar. Elimina, si todavía tienes, ideas-eslogan negativos hacia el estudio (“que rollo” “esto no sirve para nada”). Relaciona lo que estudias con la vida, con tu futura actividad profesional. Ensancha el concepto de “utilidad”. Hay estudio o materias que no nos parecen útiles ahora, pero resultan muy útiles a la larga: aprender a pensar críticamente, a expresarse bien por escrito, etc.


6.    Explica correctamente tus resultados. Evita explicar los resultados positivos por la suerte o por otra causa que no seas tu mismo. Cuando el resultado es negativo conviene que las explicaciones sean internas (la causa de mis resultados está en mí), inestables (la causa puede variar) y controlables (su modificación depende de mi).

7.    Reacciona adecuadamente a la frustración y al fracaso. No consideres el fracaso como algo inevitable y definitivo. No proyectes la responsabilidad fuera de ti. Tampoco te limites a culparte a ti mismo con expresiones: “soy un desastre”, “no valgo para nada”. Mantén el esfuerzo y no “tires la toalla”. La experiencia de un fracaso no es el momento mejor para plantearse abandonar la carrera. Aprende de los errores.


8.    Evita falsas defensas. Negar la realidad: no reconocer lo evidente. Racionalizar: explicar los resultados poco favorables aportando una serie de razones poco justificadas “la asignatura no es importante” “el profesor explica mal”. Disminuir el trabajo como justificación.

9.    Acepta que tú no puedes controlar todo. Busca entender qué cosas puedes cambiar y qué cosas no.

 Francisco J. Arroyo 
Psicólogo escolar



domingo, 8 de diciembre de 2013

Encuesta a 25.000 revela que faltan hábitos y técnicas de estudio



Barcelona, 1 dic.- Una encuesta elaborada por profesores, educadores y psicopedagogos durante tres años a casi 25.000 alumnos de Secundaria de seis comarcas de Barcelona evidencia que hay una gran falta de hábitos de trabajo y técnicas de estudio para conseguir el éxito escolar.
Esta es una de las conclusiones del proyecto educativo "Mejoremos", una iniciativa surgida de la Asociación Educativa y Formativa TBCLASS de Les Franqueses del Vallès (Barcelona) y que se ha realizado a lo largo de los tres últimos años en 106 centros de secundaria de la provincia de Barcelona.
El coordinador del proyecto y también profesor de Secundaria Antoni Argent, ha explicado a Efe que del resultado de las encuestas realizadas a los alumnos se concluye que "hay una gran falta de hábitos de trabajo y de estudio y también de motivación e interés", por lo que sería útil crear nuevas materias relacionadas con las técnicas de aprendizaje, estudio y actualidad.
"También se nota -añade- la incidencia de la crisis económica que muchos alumnos transmiten y, relacionada con este ámbito, la falta de expectativas de futuro que tienen. Hemos visto, además, que se ha de intentar ayudar tanto a los alumnos con dificultades y transtornos de aprendizaje como a aquellos que tienen altas capacidades".
Las tres ediciones de las encuestas anuales y sus conclusiones se han editado en un libro que se ha hecho llegar, explica, a diversas instituciones, como el departamento de Enseñanza de la Generalitat y a la Comisión de Enseñanza y Universidades del Parlament de Cataluña, donde intervino recientemente Argent, aunque sin ningún tipo de reconocimiento ni ayudas económicas para continuar el trabajo, que no podrá tener una cuarta edición.
Argent indica que "de las propuestas que hemos hecho al departamento de Enseñanza se han adoptado un par, como el aumento de horas de matemáticas y la de realizar un curso de dos años de duración para los profesores que quieren dedicarse a la tarea docente".
"Quizás no las hayan aplicado por nuestro estudio en concreto pero son propuestas que nosotros también consideramos necesarias, por lo que el tiempo nos dará la razón en otras medidas que propugnamos", considera.
Entre estas otras medidas para reducir el fracaso escolar figuran, a nivel general, disminuir el número de alumnos por aula, con un máximo de 20, invertir más recursos y mejor, crear una nueva estructura académica en Primaria con dos ciclos de tres cursos cada uno y que los estudiantes que no superen el segundo ciclo realicen un curso de preparación para la Secundaria.
A nivel académico, se señala la necesidad de aumentar las horas de lenguas y matemáticas y establecer exámenes finales en cada curso de ESO, creando itinerarios formativos a partir de tercero.
Familias implicadas y maestros con vocación y bien motivados y valorados son otros aspectos que Argent cita como imperiosos para tener alumnos con deseos de aprender, que se esfuercen en hacerlo y se sientan satisfechos con ese esfuerzo.
"Los recortes en educación afectan -asegura este emprendedor profesor- en las cifras de fracaso escolar. No es lo mismo tener 20 alumnos en el aula que 40 ya que con tantos estudiantes no puedes mantener un trato personalizado y ves que hay alumnos que se pierden y no puedes atenderlos como se merecen".
En la encuesta, se pregunta a los alumnos cuestiones como si repasan cada día lo que se ha trabajado en clase, si están concentrados en el aula, si usan esquemas o resúmenes para preparar los exámenes, cuándo empiezan a prepararlos, cuál es el objetivo del curso (aprobar, sacar buena nota, aprender o si no se tiene ninguno) y si les gusta ir a clase, entre una veintena de preguntas.
(Agencia EFE)

sábado, 22 de junio de 2013

MI HIJO NO ESTUDIA ¿QUÉ PUEDO HACER?




La conducta de estudio, mantenida de forma constante y en condiciones adecuadas, es el elemento primordial para conseguir un nivel de logro académico adecuado.

Destacada la ausencia de déficit intelectual o retraso en habilidades curriculares previas, el fracaso académico de un escolar puede explicarse por un método inadecuado de estudio, unas habilidades de trabajo intelectual insuficiente, unos malos hábitos, una falta de apoyo social a su esfuerzo o por unas actitudes negativas hacia el estudio.

En otras palabras: el escolar inteligente que no presenta retrasos curriculares y que suspende se debe a que NO SABE ESTUDIAR, NO ESTUDIA LO SUFICIENTE O NO ESTA MOTIVADO PARA HACERLO.

¿Qué hacer con los estudiantes que, simplemente, dedican muy poco tiempo a actividades de estudio, o que estudian únicamente en los días previos a una evaluación?

En estos casos, los diagnósticos que los padres suelen realizar consiste en afirmaciones del tipo: “es vago”, “no le gusta estudiar”, “no se concentra y se distrae con mucha facilidad”, “no tiene fuerza de voluntad”, y similares.

La mayoría de mis alumnos carecen de hábitos de estudio y, por ello, les cuesta mucho ponerse a estudiar teniendo, como tienen, otras actividades muy placenteras y tentadoras, ordenador, amigos,  juegos, móvil, televisión, etc…

En cualquier caso, planteémonos la siguiente cuestión: ¿realmente podemos pedir a los escolares que se pongan a estudiar horas después de haber permanecido en clases intensan y esperar que lo hagan con agrado…? ¡Seamos honrados con nosotros mismos par poder serlo con nuestros hijos!

Como adultos, nosotros sabemos, por experiencia, que el futuro socio-laboral se encuentra en estrecha relación con la competencia académica de los individuos, de manera que cuanta mejor sea su preparación académica, mayores y mejores oportunidades tendrán en el futuro. Sin embargo, aunque esto resulta fácil de entender a nivel verbal, no resulta tan sencillo de incorporar al funcionamiento diario de los alumnos.

En cambio, constantemente comprobamos cómo una promesa de recompensa, o una amenaza de castigo inmediatos, consiguen movilizar al individuo en la dirección pertinente para obtener lo que desea y evitar lo que le desagrada. Así pues, la Ley del Efecto: la conducta se modifica por las consecuencias inmediatas, constituye uno de los principios básicos explicativo del comportamiento humano.

En base al mismo, hemos considerado la enorme utilidad que podría tener para los alumnos que no se ponen a estudiar, un curso de técnicas de estudio junto con un programa estructurado de estudio dirigido y de entrenamiento en auto-control en el estudio.

De esta manera, el objetivo último a lograr, consiste en mejorar el rendimiento académico y las notas escolares de los alumnos, a través de un conjunto de hábitos de estudio y trabajo intelectual, utilizando todos los instrumentos y herramientas que el alumno ha adquirido durante el curso de técnicas de estudio.


 Francisco Javier Arroyo Ortega