Las
técnicas, el esfuerzo y una buena preparación mental son la clave del éxito en
una oposición y pueden compensar otras muchas desventajas, pero debe
acertar en una cosa importante: buscar una oposición donde la competencia no
sea muy alta. Hay que ser realista, no podemos competir con mentes brillantes.
Si has escogido bien la oposición ……!adelante!
No es
posible ganar un juego que entras a jugar con un pensamiento perdedor y lo que
diferencia a un perdedor de un ganador, es que el ganador asume que en última
instancia depende de él. Tienes toda la capacidad necesaria para aprobar una
oposición, empieza a creer en ti mismo. Busca la oportunidad de seguir
adelante. Ya te podemos felicitar por haber dado un paso muy importante, te has
apuntado a un curso de técnicas de estudio. No te has quedado esperando, sino
que has buscado una oportunidad. Mientras tu creas que es posible, la
posibilidad existe y si hay muchas oportunidades.
“Si quieres lograr, lo que aún no has
alcanzado, necesitas hacer, lo que aún no has intentado”
Cómo mejorar la motivación
1. Mejora tus técnicas de estudio. La mala
organización y el utilizar técnicas de estudio inadecuadas desmotiva.
2. El éxito motiva. No siempre
obtenemos éxitos importantes, pero sí pequeños. Reconoce los éxitos parciales.
¿Piensa en las situaciones que has tenido éxito? Quizás en alguna ocasión has
aprobado un examen muy difícil, pues esa es la prueba de que tienes toda la
capacidad del mundo para poder aprobar.
3. Lo ideal y lo real. Una de las
explicaciones del decaimiento está en acentuar la oposición entre lo real y lo
ideal. Uno se propone metas tan ideales, o piensa que puede aprobar cualquier
oposición.
¿Podría
aprobar cualquier oposición? Evidentemente NO.
4. Corrige las distorsiones de tu auto-concepto
como estudiante. Nos creemos peores de lo que en realidad somos. Nos
evaluamos negativamente. Intenta decirte cosas positivas sobre ti mismo
(consultar anexo, auto-verbalizaciones positivas). PIENSA POSITIVAMENTE.
5. Descubre y crea interés. El interés
no es algo que tenemos o no, también se puede crear y desarrollar. Elimina, si
todavía tienes, ideas-eslogan negativos hacia el estudio (“que rollo” “esto no
sirve para nada”). Relaciona lo que estudias con la vida, con tu futura
actividad profesional. Ensancha el concepto de “utilidad”. Hay estudio o
materias que no nos parecen útiles ahora, pero resultan muy
útiles a la larga: aprender a pensar críticamente, a expresarse bien por
escrito, etc.
6. Explica correctamente tus resultados. Evita
explicar los resultados positivos por la suerte o por otra causa que no seas tu
mismo. Cuando el resultado es negativo conviene que las explicaciones sean
internas (la causa de mis resultados está en mí), inestables (la causa puede
variar) y controlables (su modificación depende de mi).
7. Reacciona adecuadamente a la
frustración y al fracaso. No consideres el fracaso como algo inevitable y
definitivo. No proyectes la responsabilidad fuera de ti. Tampoco te limites a
culparte a ti mismo con expresiones: “soy un desastre”, “no valgo para nada”.
Mantén el esfuerzo y no “tires la toalla”. La experiencia de un fracaso no es
el momento mejor para plantearse abandonar la carrera. Aprende de los
errores.
8. Evita falsas defensas. Negar la
realidad: no reconocer lo evidente. Racionalizar: explicar los resultados poco
favorables aportando una serie de razones poco justificadas “la asignatura no
es importante” “el profesor explica mal”. Disminuir el trabajo como
justificación.
9. Acepta que tú no puedes controlar
todo. Busca entender qué cosas puedes cambiar y qué cosas no.
Francisco J. Arroyo
Psicólogo escolar
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