1. Poner énfasis en el esfuerzo. Si realmente deseamos animar a los estudiantes a que
aprendan de los errores, debemos destacar los beneficios de tales errores en el
momento en que los localicemos. Hay que adquirir el hábito de explicar cómo se
aprende de los errores. Empieza pidiendo pequeñas cosas y si es posible pon por
escrito los compromisos.
2. Las investigaciones de Carol Dweck con grupos de alumnos han demostrado el poder de los
elogios. En dichas investigaciones, los niños elogiados por su esfuerzo tendían
a tomar las tareas más difíciles y conseguían mejores resultados que los
alumnos elogiados por su inteligencia. El primer grupo creía en el poder de
mejorar a través del esfuerzo. Por lo tanto, el rol fundamental de los padres
es priorizar el esfuerzo sobre los resultados. La palabra mágica es «todavía»
no lo has conseguido, pero lo puedes conseguir si te esfuerzas. Ahora bien,
este «todavía» puede parecer una palabra hueca si no se acompaña de estrategias
para mejorar. De ahí la importancia de unas técnicas eficaces de estudio.
3. Generar esperanza para desarrollar una mentalidad de
crecimiento. Por ejemplo, podemos realizar murales sugerentes para adornar
las paredes de la habitación que ayuden a promover las ideas, la reflexión y la
esperanza.
4. Respetar las capacidades de cada estudiante. En muchos casos, la negativa a trabajar y la conducta
inadecuada que desafía la autoridad del profesor o padres son manifestaciones
del deseo que siente el estudiante de llegar a controlar su propia vida.
Actuando contra las normas, estos estudiantes afirman su necesidad de sentirse
respetados. Un método simple pero efectivo de lograr que los alumnos se sientan
importantes es respetar las capacidades de cada uno y sus propios tiempos.
Vídeos de motivación para el estudiante en YouTube:
·
«El
camino del éxito», LuzuVlogs.
·
«Persigue
tu objetivo», Javi Gálvez.
Francisco Javier Arroyo Ortega
www.comoestudiar.com
Psicólogo Escolar.
Prohibida la reproducción sin citar al autor y página web.