sábado, 30 de diciembre de 2017

¿TOMAR APUNTES A MANO O A ORDENADOR?

Antes que nada, quiero aclarar que no estoy en contra del uso de las nuevas tecnologías en el aula, al contrario, creo que debemos aprovecharnos de ellas siempre y cuando sean útiles y eficaces para el estudiante. Por otra parte, es importante saber que la técnica de tomar apuntes a mano ayuda a mejorar la comprensión y la memorización a largo plazo, en comparación con escribir en el teclado de un portátil. Al menos ésta es la conclusión a la que han llegado diferentes estudios universitarios de prestigio (Universidad de Princeton y publicado en la revista Psychological Science; un equipo de investigadores dirigido por Anne Mangen, de la Universidad de Stavanger, Noruega y Jean-Luc Velay, de la Universidad del Mediterráneo de Marsella, Francia).
Dichos estudios han demostrado que al escribir a mano se utilizan más regiones cerebrales que las que utilizamos con el teclado y por lo tanto estimulamos el aprendizaje con más profundidad.
Escribir a mano tiene enormes beneficios, favorece la concentración y la atención, mantiene las neuronas más activas, mejora las habilidades motrices y la ortografía. Los procesos de aprendizaje varían en función del número de medios que se utilizan para almacenar la información. Los medios son más numerosos, ricos y complejos cuando escribimos a mano que cuando lo hacemos con el teclado. Todo eso hace que la información se consolide mejor en la memoria
Además, el uso del ordenador para tomar apuntes tiene sus desventajas, tu velocidad de escritura podría ser bastante deficiente en relación con la velocidad con la que el profesor expone los temas. Otra desventaja del ordenador es la duración de la batería, que parece una simplicidad, pero determinará que tomes apuntes o no, ya sea porque olvidaste cargarla completamente o porque tras varias horas de uso finalmente se descarga.
El uso del ordenador para tomar apuntes será cada vez más frecuente, pero mi opinión es que debería limitarse a etapas superiores de escolaridad como puede ser el bachillerato o la universidad, donde el alumno ha adquirido todas las habilidades de lecto-escritura. Debemos utilizar el ordenador para que funcione como un medio efectivo de aprendizaje, y no como un obstáculo para aprender de manera óptima.


Francisco Javier Arroyo Ortega
Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización.

lunes, 10 de julio de 2017

CÓMO COMPRENDER UN TEXTO CONFUSO




Con frecuencia nos damos cuenta que, al leer un párrafo o un fragmento de texto, no lo hemos entendido o comprendido bien. Esto ocurre muchas veces por problemas de concentración, pero también puede ocurrir que el texto sea confuso en sí mismo o que desconozcamos el significado de alguna palabra, sobre todo con textos expositivos o filosóficos. No siempre nos detenemos en la frase o texto complicado; en vez de ello, continuamos leyendo para mantener la fluidez, sin percatarnos de la falta de entendimiento.
Ante los textos confusos o ante las señales de haber pasado por ellos (mente en blanco al final del párrafo o la página; falta de comprensión) tenemos que:
·      Retomar hasta el sector previo inmediato al sector confuso en el texto.
·      Aclarar en el sector confuso los significados dudosos o desconocidos de términos y símbolos. Utiliza diccionario para asegurarte de aprender el significado correcto y ensaya la aplicación del término con el mismo significado que el utilizado en el texto, pero en oraciones de tu invención.
·      Dicotomizar: Cuando no se encuentran palabras o símbolos desconocidos en el texto, pero aun resulta confuso, hay que enfocar el análisis dividiendo en dos partes el texto que no entendemos. A estas dos partes las denominaremos Tema y Comentario. La idea es despejar la confusión por la vía más simple; tal como hacemos en el análisis de oraciones dividiéndolas en sujeto y predicado: el sujeto es el Tema y el predicado es el Comentario.

Veamos un ejemplo de frase confusa, aunque con palabras conocidas:
“Y, sin embargo, mil veces sobre la virtud he pronunciado muchos discursos y delante de mucha gente, y muy bien, según a mí me parecía; pero ahora ni siquiera qué es puedo en absoluto decir. Y me parece que haces bien en no querer embarcarte ni viajar fuera de aquí; porque si siendo extranjero en otro país hicieras tales cosas, quizá te detuvieran por mago”. (PLATÓN, Menón).

Ahora veamos cómo dicotomizarla:

1.   Determinamos el tema: «La virtud” y de cómo conocer la realidad.
2.   Determinamos el comentario: “Y, sin embargo, mil veces sobre la virtud he pronunciado muchos discursos y delante de mucha gente, y muy bien, según a mí me parecía; pero ahora ni siquiera qué es puedo en absoluto decir”

Menón estaba convencido de que podía hablar de la virtud (“mil veces sobre la virtud he pronunciado muchos discursos y delante de mucha gente”), pero estaba confundido y reconoce que no puede decir nada acerca de algo que desconoce, (“pero ahora ni siquiera qué es puedo en absoluto decir”).



7 CONSEJOS PARA LEER COMPRENDIENDO

La compresión lectora es la capacidad de captar el significado completo de un mensaje que se transmite mediante un texto escrito. Para comprender es necesario adoptar una actitud reflexiva, crítica y activa.
La compresión lectora supone que el mensaje sea asimilable por el estudiante y le permita integrar lo nuevo con lo ya conocido. Para ello es imprescindible que tenga en cuenta el estilo, las expresiones técnicas, etc., con que está redactado el texto. El proceso mental de compresión de lectura está íntimamente relacionado con la fluidez verbal del estudiante, con el dominio del vocabulario y con la posesión de una adecuada técnica de lectura.

Sugerencias para facilitar la lectura

·      Utiliza la imaginación. Imagina que eres un personaje de la historia y que vas a vivir esa misma historia, ¿cómo te sientes? ¿Qué piensas de los otros personajes? ¿Qué piensas de lo que va a ocurrir? ¿Qué crees que va a suceder? Imagina que estás en el lugar en el que transcurre la historia que están describiendo. Imagina que te encuentras ante el objeto, el animal, la planta, el paisaje, que es el objeto del texto, ¿qué puedes ver? ¿Qué notas? ¿Qué sonidos oyes? ¿Puedes tocar alguna cosa? ¿Qué sensaciones tienes cuando la tocas? ¿Está caliente o fría? ¿Es suave o áspera? ¿Estás ante algo que puedas probar? ¿Cómo imaginas el sabor? ¿Es dulce, amargo, salado, ácido, agradable, desagradable?
·      Procura transformar el texto en imágenes. ¿Qué ves? Trata de dibujar lo que ves. Puedes hacer un dibujo o una secuencia de dibujos.
·      Repite en voz alta. Puedes hacer esta tarea solo. También puedes grabar tu lectura. A continuación, escúchala y haz tu autocrítica. ¿Se entiende bien el texto? ¿Está leído de forma natural o con frases entrecortadas? Haz una nueva grabación para corregir los aspectos que, a tu parecer, tengas que mejorar. Puedes trabajar con un compañero o con un familiar. Pídele que escuche tu lectura. Cuando termines, pregúntale qué le ha parecido. ¿Se entiende bien el texto? Léelo de nuevo.
·      Habla con tus padres o hermanos sobre el texto. Haceos preguntas unos a otros sobre el contenido del texto. Discutid vuestras opiniones sobre el mismo.
·      Toma notas de lo que te parezca importante.
·      Haz croquis de lo que te parezca importante.
·      Escribe preguntas al margen del texto. Al final, léelas y trata de responderlas.



Francisco J. Arroyo Ortega
Todos los derechos reservados.

viernes, 2 de junio de 2017

4 Estrategia para aumentar la motivación de nuestros hijos en el estudio

1. Poner énfasis en el esfuerzo. Si realmente deseamos animar a los estudiantes a que aprendan de los errores, debemos destacar los beneficios de tales errores en el momento en que los localicemos. Hay que adquirir el hábito de explicar cómo se aprende de los errores. Empieza pidiendo pequeñas cosas y si es posible pon por escrito los compromisos.
2. Las investigaciones de Carol Dweck con grupos de alumnos han demostrado el poder de los elogios. En dichas investigaciones, los niños elogiados por su esfuerzo tendían a tomar las tareas más difíciles y conseguían mejores resultados que los alumnos elogiados por su inteligencia. El primer grupo creía en el poder de mejorar a través del esfuerzo. Por lo tanto, el rol fundamental de los padres es priorizar el esfuerzo sobre los resultados. La palabra mágica es «todavía» no lo has conseguido, pero lo puedes conseguir si te esfuerzas. Ahora bien, este «todavía» puede parecer una palabra hueca si no se acompaña de estrategias para mejorar. De ahí la importancia de unas técnicas eficaces de estudio.
3. Generar esperanza para desarrollar una mentalidad de crecimiento. Por ejemplo, podemos realizar murales sugerentes para adornar las paredes de la habitación que ayuden a promover las ideas, la reflexión y la esperanza.
4. Respetar las capacidades de cada estudiante. En muchos casos, la negativa a trabajar y la conducta inadecuada que desafía la autoridad del profesor o padres son manifestaciones del deseo que siente el estudiante de llegar a controlar su propia vida. Actuando contra las normas, estos estudiantes afirman su necesidad de sentirse respetados. Un método simple pero efectivo de lograr que los alumnos se sientan importantes es respetar las capacidades de cada uno y sus propios tiempos.


Vídeos de motivación para el estudiante en YouTube:
·      «El camino del éxito», LuzuVlogs.
·      «Persigue tu objetivo», Javi Gálvez.



Francisco Javier Arroyo Ortega
www.comoestudiar.com

Psicólogo Escolar.
Prohibida la reproducción sin citar al autor y página web.

7 Ventajas de unas técnicas activas de estudio

·      Aumentar tu nivel de atención y concentración en el estudio. Uno de los principales antídotos contra la distracción y la monotonía consiste en la utilización de unas técnicas activas de estudio.
·      Desarrollar las capacidades de generalización, síntesis y análisis. Se pretende lograr que el alumno sea capaz de sintetizar cualquier tema.
·      Mejorar en la expresión y comprensión de lo estudiado, a través de una lectura adecuada y crítica. El alumno conseguirá distinguir las ideas importantes o principales de las secundarias, elaborará una síntesis gráfica y así su grado de comprensión se verá favorecido.
·      Evitar la monotonía de un estudio pasivo con una simple lectura del texto.
·   Fomentar el estudio activo hará que el estudio parezca más fácil y más interesante. El esfuerzo con unas técnicas activas resulta más llevadero.
·      Memorizar y recordar con más facilidad. El alumno conseguirá memorizar con más facilidad y aprovechar su memoria natural. Sólo el que se esfuerza vence. Con la simple lectura de este libro no conseguirás mejorar tu memorización. Es un trabajo a largo plazo: «Quien machaca vence».

·      Aprender un método, una organización y una disciplina que te servirán para el resto de tu vida personal y profesional. El estudio es un medio para prepararte para tu vida personal, familiar y profesional.

Francisco Javier Arroyo Ortega
Psicólogo escolar
www.comoetudiar.com 

miércoles, 24 de mayo de 2017

9 Consejos para organizar adecuadamente las sesiones de estudio de nuestros hijos



·      Lo primero que deben tener claro los padres es que la sesión de estudio personal es «sagrada». A través de Contratos deben fijar las obligaciones y responsabilidades de los estudiantes. El alumno tiene que ser consciente de que el estudio implica la asistencia a clase por la mañana, pero también su sesión de estudio personal.
·      El horario de dicha sesión tiene que ser realista y no debe competir con otras actividades o imprevistos. Hacerlo coincidir con las horas donde el alumno preste mayor atención. Siempre se tiene que respetar el horario (no recomendamos para un alumno de la ESO sesiones de más de dos horas). Una vez cumpla el Contrato se deja que use el tiempo libre para lo que quiera.
·      La sesión de estudio tiene que dividirse en tres etapas claramente diferenciadas. La primera de deberes (40 minutos); la segunda de memorización o repaso (40 o 20 + 20 minutos); y la última, la de preparar temas, lecturas, trabajos (30 minutos). Con dos descansos de cinco minutos.
·      Empezar las sesiones de estudio leyendo una ficha con instrucciones: 1: Prepararé la mesa de estudio para que esté despejada y tenga todo el material necesario para estudiar. 2: Revisaré los deberes, ejercicios y trabajos que debo presentar al día siguiente. 3: Decidiré qué deberes voy hacer, qué asignatura voy a estudiar y qué tengo que preparar para el día siguiente. 4: Terminaré haciendo un repaso general y preparando la mochila para mañana.
·      El lugar de estudio es muy importante en estos alumnos (secundaria). El alumno no puede tener ni libros, ni ordenador, ni juegos, ni estuches, ni otros objetos que le distraigan. La mejor opción es una habitación aislada, el comedor o la cocina.
·    Diferenciar espacio de estudio y de ocio. Enseñar a colocar los objetos de estudio en su sitio adecuado. Asegurarnos de que tiene el material justo y necesario.
·      Dividir las tareas que ocupan mucho tiempo en subtareas de menor tiempo. Hacer que siempre termine las subtareas y que no se distraiga. Elogiar la terminación de una subtarea.
·      Utilizar refuerzos visuales a través del ordenador, pero limitados, puede ser una recompensa.
·  El alumno y los padres tendrán que planificar repasos sistemáticos, sobre todo si no hay evaluación continua en el colegio.


 Francisco Javier Arroyo Ortega
Todos los derechos reservados 

martes, 28 de febrero de 2017

5 consejos asombrosos para mejorar en el estudio



¡No te guardes los problemas! Como te encuentres influye en tu rendimiento académico. Busca una persona de confianza con quien puedas desahogarte y recibir un buen consejo. Siempre hay alguien, un padre, una madre, un hermano, un profesor, etc., que estará dispuesto a escucharte sin juzgarte y ayudarte a superar lo que te pasa.
Dormir lo suficiente y bien. Hasta hace poco tiempo, cuando un alumno me decía que estaba cansado, creía que era una simple escusa para no ponerse a estudiar. Actualmente, creo que en muchos casos los estudiantes realmente se encuentran cansados por no dormir el tiempo suficiente. El «nativo digital» duerme poco y mal. La falta de sueño se convierte en un factor que impide el aprendizaje adecuado. Muchos de ellos tienen que recurrir a las bebidas energéticas para mantenerse despiertos y rendir adecuadamente. Dichas bebidas, o el café, pueden ser una ayuda ocasional pero la realidad es que una rutina de sueño es la mejor solución.
Es absolutamente esencial descansar de manera adecuada para poder rendir bien. Para ello tienes que respetar tus horarios de descanso, planificados con anterioridad. El estudiante tiene que acostarse todos los días a la misma hora y a ser posible entre las 10 y las 11 (alumnos de secundaria) y entre las 11 y las 12 de la noche los universitarios. Y levantarse entre las 7 y las 8 de la mañana. Bajo ningún concepto el alumno universitario dormirá más de ocho horas. Para aquellos alumnos que se sientan cansados, es aconsejable una pequeña siesta, no más de treinta minutos. Si duermes bien, tus horas de estudio serán más productivas porque la información se consolidará de forma adecuada en tu memoria y recordarás mejor y con más facilidad.
Regularidad en las comidas y alimentación adecuada. El alumno que va a pasar muchas horas sentado, corre el riesgo de que el exceso de sedentarismo y la falta de ejercicio genere algún aumento de peso no deseado. No soy partidario de hacer dietas en la preparación de exámenes, pero sí de cuidar y vigilar la alimentación. Hay que garantizar que el cerebro reciba los nutrientes necesarios para que funcione adecuadamente. El azúcar es necesario para la memoria, pero hay que evitar sobre todo las grasas y la bollería industrial. Tampoco es bueno abusar del café o bebidas energéticas; más de tres tazas diarias no son recomendables. Para el estudiante es aconsejable la ingesta de minerales como el fósforo y el magnesio, y las vitaminas A y D (frutos secos, leche, yogures, cereales integrales, chocolate, etc).
No a la música durante el estudio. Como hemos dicho anteriormente, la mayoría de los expertos recomiendan estudiar sin música, por la sencilla razón de que distrae y nos perjudica al tratar de poner atención en el estudio. Siendo esto una realidad, ¿por qué encontramos cada día más alumnos estudiando con música y convencidos de que les beneficia?
La música es para el estudiante una fuente de motivación. La música activa las áreas del placer, del estado de ánimo y del control del estrés. Por ese motivo a los estudiantes que estudian con música les parece menos aburrido o monótono el estudio. Otro motivo es el simple condicionamiento operante: han tenido éxito en algunos exámenes estudiando con música y eso les condiciona para creer que es beneficioso para ellos. Lo que ignoran es que podrían haber tenido mejores resultados sin la música.
No obstante, si se estudia con música, no vale cualquier tipo; al menos hay que saber elegir. Hay que escuchar una música tranquila, relajante y armoniosa, exclusivamente música clásica o instrumental. No nos engañemos: la música con letra puede hacernos recordar emociones y situaciones vividas (distracción) o tatarear la letra con el cantante. Al utilizar música instrumental, lo ideal es crearnos una lista de reproducción con una duración de dos horas, para evitar tener que seleccionar constantemente y así distraernos.
Revisa los pensamientos negativos. Estos pensamientos se refieren a los que surjan en relación con tu estudio. ¿Cuáles son tus excusas para no estudiar?

·      No estudio porque el profesor me tiene manía
·      No estudio porque no sirve para nada
·      Nunca conseguiré entender esta asignatura
·      Tengo mala suerte
·      Soy muy mal estudiante
·      Siempre he suspendido esta asignatura
·      Soy un negado para los idiomas
·      Nunca se me dieron bien las matemáticas
·      Es imposible aprobar el curso con todas las asignaturas que tengo por recuperar

¿Qué podemos hacer con esos pensamientos? Revisarlos y cambiarlos por otros más positivos. Veamos un ejemplo:

Escogemos un pensamiento negativo: «Estoy perdiendo los mejores años de mi vida estudiando».
Reescribamos el pensamiento y analicémoslo: lo que en realidad nos asusta no es «perder» cinco o siete años de nuestra juventud, sino el perderlos para nada. Nos asusta perder la juventud en pos de un premio incierto.
Nuestro monstruo es el miedo a la incertidumbre. Pero en realidad llega un momento en la vida en el que hay que tomar decisiones valientes y enfrentarse a la realidad. Es importante estudiar una carrera universitaria. Como dijo en una ocasión el presidente de Estados Unidos, Barak Obama: «My education, my future».

En realidad, todos los caminos de la vida son inciertos. No es que estés eligiendo la única opción con incertidumbre en un mundo de opciones ciertas. Al contrario, estás escogiendo incertidumbre presente, pero no más que cualquier otra, para conseguir –por ejemplo– un puesto fijo o trabajar en aquello que realmente te gusta. Por último, conviene recordar un hecho indiscutible: que la tasa de paro entre titulados universitarios ha sido siempre la mitad que en la población no universitaria.

Francisco Javier Arroyo Ortega
Psicólogo escolar
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lunes, 30 de enero de 2017

EL ESTUDIO REQUIERE ESFUERZO

Destierra de tu pensamiento la idea de que todo te lo van a dar hecho, de que no necesitas esforzarte para aprender. Estamos muy acostumbrados a conseguir algunas cosas con mucha facilidad, sobre todo gracias a las nuevas tecnologías, y pensamos que el estudio es igual. La verdad es que no tiene nada que ver. Sólo con el esfuerzo se avanza, sólo con el esfuerzo se aprende y se obtiene el éxito. Recuerda que tus decisiones tienen consecuencias positivas y negativas. A veces el esfuerzo y sus consecuencias no son visibles y por lo tanto tampoco serán valorados por los demás.
El esfuerzo es una capacidad que hay que aprender, no se nace con ella. Es una energía, una capacidad interior que, si se utiliza bien, nos ayudará a superar los obstáculos. Pensar en el esfuerzo nos puede desmotivar precisamente por el trabajo que implica. Pero tienes que ponerte a estudiar sin pensar demasiado en ello, para no desanimarte antes de haber comenzado.
Necesitamos conocer lo más exactamente posible cuál es el nivel que tenemos que lograr (un temario suficiente). Sólo así sabremos si estamos desarrollando el esfuerzo necesario o si hay que apretar más. Y sólo así comprobaremos si nuestros temas están a la altura de los que utilizan quienes van aprobando, o si son cortos, están mal estructurados o les falta contenido.
Para lograr un nivel adecuado en el estudio necesitamos entender tres ideas claves:

·      La inteligencia puede desarrollarse.
·      El cerebro es maleable y flexible.
·      Con un esfuerzo suficiente y un método adecuado podemos hacer que el cerebro funcione con más fuerza.


Francisco J. Arroyo
Psicólogo escolar
www.comoestudiar.com 

viernes, 20 de enero de 2017

4 PASOS PARA LA PREPARACIÓN INTENSIVA DE UNA ASIGNATURA

Quizá este apartado no debería estar en un blog sobre técnicas de estudio que pretenda ser serio y riguroso, pero somos humanos y a veces cometemos errores que pueden pagarse muy caro. Incluso en esos momentos de falla puede haber algo de luz en el camino. Además, pretendo ser práctico y realista, aun para los alumnos que no han podido o querido preparar un examen con suficiente antelación. Con este apartado se pretender aconsejar sobre la preparación intensiva de última hora, que nunca es aconsejable.
Voy a proponer un plan de siete días de preparación intensiva, que es ante todo un plan de comportamientos y estrategias. Dicho plan tiene unas condiciones previas y necesarias: haber acudido a las explicaciones de clase, disponer de todos los apuntes para poder estudiar, haberlos leído con anterioridad y, por último, tener todo el día para dedicarlo a este plan.

Paso 1: Calcula el tiempo que dispones hasta el examen. Normalmente la mayor parte de los exámenes universitarios se agrupan en alrededor de 10 días a final de cuatrimestre. Calcula cuantos días te quedan hasta el primer examen.

Paso 2: Calcula las hojas que tienes que estudiar por asignatura. Esta información sólo la podrás conseguir de un repetidor o bien pregunta a algún compañero que venda el temario completo. Elimina el 20% del temario.

Paso 3: Calcular cuántas hojas tienes que estudiar cada día. Es decir, si te han quedado 80 folios (de los 100 que tenía originalmente) y tengo siete días, la velocidad de memorización diaria debería de ser aproximadamente de once hojas diarias. Realmente es como dividir el temario en siete días, pero trabajando por hojas y no por temas; es más práctico y se obtiene un rendimiento mayor.

Paso 3: calcular el número de horas que tendré que estudiar diariamente. Teniendo en cuenta que se puede memorizar una hoja por cada 20 minutos (aproximadamente), en cuatro horas habrás memorizado las once hojas. Ahora bien, necesitarás una hora más para hacer fichas de tema y otra para repasar, por lo tanto, necesitarás un mínimo de seis horas de estudio diario durante siete días para dominar un temario de 80 hojas. Mi recomendación es que realices dos sesiones de tres horas, una por la mañana y otra por la tarde. En caso de que necesites otra sesión de tres horas porque el temario es muy extenso, la tendrás que realizar después de cenar. Para cantidades superiores o inferiores, sigue los mismos pasos.

Paso 4: estructura tu sesión de estudio de la siguiente manera: lee el apartado y subraya las ideas más importantes; eso se hace también dedicándole tiempo a averiguar lo que no debemos subrayar. Elabora fichas de repaso de ese apartado o subtema, reduciendo el material a los conceptos más esenciales, la parte estrictamente más útil (su 20 por ciento más útil). Guarda las fichas para los repasos (la última hora de la jornada). Vuelve a los apuntes y empieza a memorizarlos (20 minutos por hoja). No hay que hacer nada más. En cuanto a la memorización, aplicamos el principio de Parento al revés: el 80 por ciento de tiempo lo dedicamos a memorizar y el 20 por ciento restante a la preparación. 

Francisco Javier Arroyo Ortega
www.comoestudiar.com